¡Cincuenta años de historia escrita con mucho amor!

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Con alegría y emoción queremos compartir con los lectores del blog «La via è aperta», que el 11 de noviembre celebramos el 50° aniversario de apertura del Jardín de Infantes y la Escuela Primaria Padre Vicente Grossi. Fue una ocasión para celebrar con gozo, optimismo, confianza la trayectoria de nuestro colegio y los valores que nos identifican.

Fue un momento oportuno para reconocer y agradecer a quienes posibilitaron la creación y la consolidación de esta institución educativa: directivos, maestros, familias y estudiantes que han sido y son parte de la construcción de la historia y el desarrollo de nuestra escuela,  que han recorrido paso a paso, junto a las hermanas, acontecimientos, preocupaciones,  iniciativas y compromiso que lo han hecho nacer, crecer y llegar a estos cincuenta años con deseo de seguir creciendo, manteniendo  los brazos en alto, y no caducar en el esfuerzo por ser fieles al carisma de San Vicente Grossi y a la  finalidad de esta obra educativa. 

Ejemplo de ello nos dieron las hermanas que están estrechamente ligadas al inicio y a la trayectoria del colegio otorgándole una impronta particular, como lo hicieron, de un modo significativo, las Hnas. Josefina Gnocchi, Victoria Ligabue, Carmela De Lorenzo, Gema Ferrari, Gracia Quaranta y Carla Traballi, entre otras.

Mas allá de las dificultades de cada instante, de la falta de ambiente adecuado para una obra de educación y un conocimiento más bien limitado de las exigencias del lugar, las hermanas, con coraje y amor, dieron comienzo al jardín de infantes y a la escuela primaria.

Formaban dos primeros grados. Había alboroto y alegría. Pero se hizo silencio cuando la bandera argentina subió al tope del mástil. Era el 15 de marzo de 1972.

Nunca olvidaremos el gran galpón que fue nuestro primer colegio. El sitio era modesto, pero las hermanas ese día supieron darle aire de fiesta. Adornos y banderitas argentinas vistieron de fiesta el lugar, todos los niños con sus uniformes escolares y las señoritas con el clásico guardapolvo blanco. Fue emocionante. Con verdadero espíritu misionero, asumieron el papel de madres y maestras frente a los primeros alumnos del Colegio Padre Vicente Grossi, también fueron sostén de ellos  y sus familias. Con alegría, espíritu de sacrificio y adaptación, su desempeño fue imponderable.

Tenían en claro el valor de la obra que surgía y cuánto importaba.  En gran parte estaba en juego nada menos que el porvenir de esos niños y el progreso espiritual y cultural del barrio. Por ello sostenemos que la escuela católica es un verdadero lugar de evangelización, de verdadero apostolado y acción pastoral, no por medio de actividades complementarias, sino por la esencia misma de su misión y objetivo en común: la formación de niños y jóvenes como personas responsables, libres y que puedan insertarse en la sociedad civil dando testimonio en ella testimonio de los valores del Evangelio.

Ese recuerdo se convierte en oración para que esta presencia significativa sea siempre pujante y no se convierta únicamente en un aporte positivo para la formación humana y cristiana de niños y jóvenes del Partido de Tres de Febrero. 

 San Vicente Grossi, que tanto amó e hizo por los jóvenes de su tiempo interceda ante Dios y la Virgen por la continuidad de esta insustituible misión educativa, a la que, sin duda alguna, él protege y guía día y día. Hacemos nuestras las palabras de San Vicente Grossi: «Educar es una obra de amor».

                            Ex docentes del colegio

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