¡A ti Vicente, ruegos se elevan jubilosos!

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Muchas veces nos preguntan: ¿Cómo era San Vicente? Así lo define a un  sacerdote que lo conoció: «Aquí tenemos una figura de párroco ejemplar, santo: con su sotana limpia pero de un color negro-verdusco por el largo uso, de estatura normal, erguido, de hombros anchos, robusto, de frente alta, ojos profundos, de pocas palabras medidas y pausadas, de carácter abierto, simple, afable, sincero, de un andar rápido como de quien tiene muchas cosas por hacer y que tiene apuro por llegar a la meta que va más allá de la mirada común de los hombres» (Monseñor de la Cioppa).

Sin duda, nunca pasó por la mente de San Vicente  que en «el fin del mundo», como dice el papa Francisco, recordarían el CENTENARIO DE SU NACIMIENTO AL CIELO, pero estamos seguras que desde siempre, ese acontecimiento estuvo presente en la mente de Dios.

Este año, durante todo año, en la comunidad educativa se reflexionó el tema: San Vicente y la Eucaristía. Ello nos permitió prepararnos y crear el clima adecuado a su festividad. Juntos, Comunidad de Hermanas, Directivos, docentes y alumnos del Nivel Inicial, Escuela Primaria y Escuela Secundaria, desde el viernes 27 de octubre reflexionamos guiados por una palabra, un gesto; e identificados por un color.

La Eucaristía es UNIDAD – gesto: armar el rompecabezas con el logo del año –  color  NARANJA;

la Eucaristía es AMOR – gesto: una llave para abrir el corazón – color ROJO;

la Eucaristía es ENTREGA, es DAR; gesto: el perfume… entregar la propia esencia… juntos componemos la esencia de nuestros dones;   – color VIOLETA;

LA EUCARISTÍA ES PERTENECER, gesto, armamos una red, anudamos pedacitos de lana… la red del ADN de GROSSI; color AZUL,

LA EUCARISTÍA ES VIDA, gesto, armamos un GIRASOL, siempre mirando a Jesús que es el sol que da vida –  color AMARILLO.

LA EUCARISTÍA ES COMPARTIR –  gesto: formar el ÁRBOL DE LA VIDA, las palmas de las manos son la copa del árbol… todos somos parte… muchos formamos el árbol…  –  color VERDE.

Así nos preparamos para honrar a San Vicente, el sábado 4 de noviembre, a las 18, comunidad educativa y comunidad parroquial, nos reunimos en el colegio para realizar la procesión por las calles del barrio  y luego celebrar la Santa Misa en su honor. Fue una gran alegría que ese día nos acompañaran Jorge y Héctor Grossi, descendientes de San Vicente, junto a  Paula y Laura, sus esposas y las jóvenes Sofía y Paula, hija y sobrina.

El día 6 de noviembre se realizó una jornada de espiritualidad para los alumnos de 4º, 5º y 6ºaño de la escuela secundaria. En ella participaron docentes, alumnos y exalumnos, tema: Mi vida en el Grossi.

El día 7 celebramos la Santa Misa en la capilla del Colegio, participaron especialmente los alumnos que se confirmaron.

El día 8 se realizó un festival solidario, en el que directivos, docentes y alumnos presentaron diferentes actos. Se recogieron alimentos no perecederos y se prepararon más de cuarenta cajas con mercadería y mensajes del evangelio para ser entregadas a las familias del merendero “Bichito de Luz” del barrio Ejército de los Andes, conocido como el «Fuerte Apache».

Todos estas celebraciones  estuvieron animadas por la Palabra de Dios, de un modo particular por las lecturas propias del día de la memoria de San Vicente Grossi: Primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses, “Deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida”, el Salmo 22, “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar” y el Evangelio según San Lucas: “Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”. Estas lecturas que expresan vivamente el espíritu de San Vicente: deseoso de anunciar la BUENA NOTICIA, PASTOR siempre disponible para sus fieles, sacerdote incansable y preocupado por todos, en especial por los jóvenes, sentía por ellos un amor especial…

Podemos sintetizar el clima y las emociones vividas estos días haciendo nuestras las  palabras con las que el Papa Francisco, el  18 de octubre de 2015, día de la canonización a San Vicente Grossi, se refirió a él diciendo:  «Fue un párroco celoso, preocupado por las necesidades de su gente, especialmente por la fragilidad de los jóvenes. Distribuyó a todos con ardor el pan de la Palabra y fue buen samaritano para los más necesitados».

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Comunidad de Caseros

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  1. L’Eucarestia é dono…. I giovani e gli adolescenti della comunità di Caseros hanno fatto esperienza del donarsi, mettendosi al servizio del piccoli e impegnandosi con coloro che sono nel bisogno… Il dono passa per la vita di tutti i giorni ed è fatto di gesti concreti… In questo cammino hanno scoperto il Maestro che donandosi a loro ha permesso loro di essere capaci di darsi agli altri…. Abbiamo celebrato il centenario di san Vincenzo Grossi con la vita!!!!… Il nostro Fondatore ci faccia la grazia di saper stare in mezzo alla gioventù ascoltando, accompagnando, consolando, annunciando loro la buona notizia!